Sede Canónica



Historia de la Iglesia:

En el s. XVII comienza urbanización del Campo de la Xara (h. 1650), se diseña entonces la plaza de San Antonio. Su importancia e influencia en la ciudad se debe a la existencia del pozo que estaría situado bajo la casa Pemán.

A principios de siglo, en mitad de este campo, se encontraba la Ermita de San Antonio que, por la urbanización del lugar y gracias a la devoción que se acrecentó entre los fieles por el santo franciscano, se emprendieron las obras de construcción de la actual iglesia, finalizadas el 7 de julio de 1669 (mediados del siglo XVII), aunque ha sufrido diversas reformas en épocas posteriores siendo la de mayor entidad la llevada a cabo a mediados del siglo XIX. 

Gobernaba la diócesis fr. Alonso Vázquez de Toledo, quien destinó el templo a parroquia auxiliar. Por el año de 1651, había en las casas aledañas hacia la calle de la Torre, un hospital de apestados donde estuvo por un tiempo la imagen del santo titular. En 1787, la iglesia, se convertirá en parroquia. Este barrio será residencia de importantes familias de banqueros y comerciantes que aportarán importantes donaciones a la parroquia.

Estructura general:

 
El inmueble ocupa toda una manzana, englobando la iglesia, el patio, la Capilla de la Virgen del Patrocinio (origen de la iglesia), sacristía y dependencias privadas.


La iglesia, es de planta de cruz latina inserta en un rectángulo, con tres naves divididas en tramos por pilastras y crucero enmarcada en un rectángulo, siguiendo la planta jesuítica defendida por la Contrarreforma. La nave central se cubre con bóveda de cañón con arcos fajones y las laterales con bóvedas vaídas. El crucero presenta una cúpula de media naranja sobre tambor y pechinas.

Esta parroquia tiene importantes obras artísticas de escultura, pintura y orfebrería.

Es una de las pocas iglesias gaditanas erigidas en una plaza, que lleva su mismo nombre, donde el gran espacio ante el templo hace que se pueda contemplar sin obstáculo ninguno.



Fachada:





La fachada que vemos es fruto de distintas intervenciones, la más importante data de mediados de s. XIX: en 1855 se reformó la Plaza de la Constitución (así llamada entonces) y el Alcalde Mayor exigió al párroco se arreglara la fachada de la iglesia por lucir numerosos óculos desiguales que afeaban la vista del templo y por tanto, de la plaza. Pero el arquitecto, Fernando Ortiz de Vierna, supo solucionar felizmente la fachada a la que añadió una segunda torre (el cuerpo último es de s. XX) y respetó la portada original.

La fachada principal,  tiene una portada barroca de piedra arenisca dividida en dos cuerpos, sustentado por columnas corintias el primero (que enmarca la puerta de acceso al templo) y salomónicas el segundo, donde se abre una hornacina con imagen de San Antonio en mármol. Una profusa decoración complementa su estructura que es obra original del barroco gaditano. Es de gran vistosidad esta fachada por las dos altas torres que la enmarcan, correspondientes a la reforma de 1858, si bien el último cuerpo de éstas fue realizado a mediados del siglo XX.

La portada, estéticamente se corresponde con obras del barroco sevillano por la profusión ornamental a base de formas mixtilíneas y arabescos, entre los que destaca la azucena, símbolo de la pureza del santo.

Su fachada y las torres fueron renovadas a mediados del siglo XIX por Fernando Ortiz de Vierna, al que se debe también la capilla del Sagrario de estilo neorrenacentista. 



Retablo Principal:

El retablo mayor realizado en madera policromada imitando mármoles, es obra neoclásica del arquitecto Manuel García del Alamo (1813-1888). Se admira la bella escultura de la Virgen del Patrocinio, así como las de San Antonio de Padua y San Francisco de Paula. Tiene también otros retablos de los siglos XVII y XVIII, además de diversas piezas de obras artísticas de escultura, pintura y orfebrería.

Retablo de Columna:




En el lado derecho del crucero se encuentra el retablo del Cristo de la Columna, de madera policromada con elementos dorados que le dan mayor resalte. Se articula mediante columnas salomónicas con pámpanos enrollados y consta de un cuerpo con banco y ático. En el banco se hallan dos ángeles que iban antiguamente en el paso de misterio de Columna y en el centro un Niño Jesús Pasionario de s. XVIII. En la hornacina principal del primer cuerpo vemos al Cristo atado a la columna, la cual es de plata, obra importada de Méjico en la segunda mitad de s. XVII. 

El Señor es una talla en madera policromada hecha en 1660 por Jacinto Pimentel, escultor sevillano del que tenemos otras joyas en Cádiz. Presenta una actitud serena movida por un ligero contraposto. En las enjutas de la hornacina hay dos símbolos que significan la infinitud de Cristo, el sol y la luna. Flanqueando al Varón se encuentran las imágenes de San Pedro y San Juan Evangelista. 

En el ático está el antiguo Resucitado titular de la Cofradía, obra del segundo tercio de s. XVIII del taller de D. Giscardi en madera de cedro encarnada y policromada, cayó en desuso desde que la hermandad encargó una nueva talla para procesionar… Se coloca sobre fondo paisajístico y arquitectónico. Corona el retablo el escudo de la cofradía: una columna con dos flagelos enrollados, rematada por la corona que portan dos angelitos, símbolo de la vinculación monárquica de la cofradía.